Puedo sentir el crujir de los caminos de piedras. Puedo sentir la suave tirantez del agua y el sol sobre mi piel. Mientras el aire me envuelve y me susurra al oído que respire la isla. La arena viaja sin rumbo en un soplo travieso. Enredando mi pelo me invita a quedarme. De los sentidos se arrastran partículas de luz que recorren las yemas de todos los dedos del mundo. La arena caliente. Los ojos bañados en sal se deshacen entre los azules más imposibles. Espiro. El olor sigue regalándome vivir de ti.
See you soon…
