La autora de Mi nombre es Greta Godoy, Berta Bernad, fue una de las primeras influencers españolas con mayor proyección internacional. Acumulaba 98.000 seguidores en Instagram y había logrado muchas colaboraciones con las marcas más importantes de moda como Estée Lauder o con Scott Schuman, The Sartorialist. Es una visionaria y una influencer de verdad. Publicaba recomendaciones de marcas que estaban empezando y al poco tiempo arrasaban completamente. El éxito se convirtió en una losa cuando empezó a generarle ansiedad e inestabilidad emocional.
Ahora trabaja de una forma más tranquila pero muy efectiva y estimulante con su portal Curated By, una plataforma en la que recomienda un mundo exclusivo de objetos relacionados con la moda y el diseño. También está a la cabeza del estudio de contenidos Mindlike Studio y acaba de publicar su primera novela Mi nombre es Greta Godoy (Planeta), un libro en el que retrata lo que hay detrás de la vida de una influencer, desde su propia experiencia.
Para Formenteraguamarina nos aclara algunas cuestiones fundamentales y una selección de productos de nuestra web que considera imprescindibles para esta temporada.
Cuéntanos de qué habla tu libro Mi nombre es Greta Godoy
Mi Nombre es Greta Godoy es una novela que cuenta la historia de la protagonista Greta Godoy, una chica normal de 23 años que accidentalmente y de manera circustancial, se convierte en influencer. Narra todo el conjunto de emociones que la vida virtual le genera en las relaciones personales, con su novio, en su familia y con ella misma.
¿Qué reflexiones fundamentales nos aporta?
Es una novela muy actual: con lugares, problemas, profesiones y cosas que a todos nos pueden pasar ahora mismo. Creo que si cada persona que termine de leer esta historia, reflexiona sobre el tiempo que pasa en frente de una pantalla, sin motivo alguno para mejorar la manera en la que utilizamos nuestro tiempo y las redes sociales, mi objetivo está cumplido.
¿Cómo ves el futuro de las Redes Sociales?
Es un futuro incierto, cada día somos testigos de nuevas actualizaciones y nuevas aplicaciones, a un ritmo vertiginoso. Por eso, creo que terminará consolidándose como lo que son: un negocio de información en internet que nosotros mismos vendemos y al mismo tiempo, compramos. Cuando seamos conscientes de eso, reflexionaremos más sobre la cantidad de fotos que publicamos, o el tiempo que empleamos viendo la vida de los demás.
Se nos ha ido de las manos y es sobretodo preocupante de cara a las consecuencias para los más jóvenes.
Las redes sociales tienen muchas cosas positivas pero, el problema nace cuando no hacemos un buen uso de ellas y sobre todo cuando terminan consumiendo la gran parte de nuestro día. Con esta novela, quiero advertir a los adolescentes del peligro que corren al exponer su vida en las redes sociales y obsesionarse con el móvil. Les animo a que reflexionen sobre lo que realmente importa en la vida, que generalmente no suelen ser cosas que pasan en esa vida virtual.
Es preocupante las pre-adolescentes y adolescentes que cuelgan fotos de ellas en bikini o ropa interior posando con sus amigas como si solo las vieran ellas en Instagram, ¿Cómo podríamos advertirlas del peligro que conlleva?
Lo único que hay que explicarles muy bien que no es un juego. Que su imagen, su reputación corre peligro y eso, a esas edades tiene mucha importancia porque puede herir seriamente su autoestima. Es normal que tengan esas actitudes, están rodeados constantemente de eso y también están en la edad. Ahí entra en juego la labor de los padres, de educarles en eso.
¿Por qué nos gusta tanto compartir nuestra vida perfecta en instagram?
Creo que esa necesidad nace principalmente de la necesidad del ser humano de compartir lo que ha vivido. Antes era en un álbum de fotos que se traía a casa, luego fue en Facebook, contando noticias relevantes tipo: una graduación, un viaje, el nacimiento de un hijo… El problema es que hoy en día la gente comparte cada cosa que hace.
En la novela, todo esto está muy bien explicado en la relación de Greta con Coco, que es su mejor amiga que ya es influencer y cuando se conocen, ella hace como 15 fotos por segundo y es Greta, quien, todavía sin redes sociales, le pregunta: ¿Pero por qué esa obsesión por fotografiarlo todo?
¿Por qué nos gustan tanto los likes?
Los likes son un motor que sube la autoestima. Generan una sustancia química en el cerebro que es la misma que surge después de hacer deporte, que te hace sentir bien contigo mismo. A mí muchas veces, esta nueva droga, me recuerda a la heroína. Porque sin “hacer nada” te hace sentir bien.
¿Son imprescindibles las redes para las marcas?
Como marca es indispensable tenerlas. Como personas físicas, no lo sé. Depende de tu trabajo. Depende de tus circunstancias. Creo que es complicado no tener ninguna. Por ejemplo yo tengo la cuenta del trabajo (@Mindlike_Studio) donde cuelgo mis fotografías de sesiones de fotos donde participo como Directora Creativa y desde donde veo todo lo que pasa. Pero lo que no tengo es una cuenta sobre mi vida. La gente no sabe si tengo o no novio, donde he cenado o cómo de mayores están mis sobrinos, es decir, cosas que considero, de aspecto privado.
¿Cómo nos controlan la vida?
Nos la controlan 100%, yo por eso tampoco tengo whatsapp. No quiero estar “targetizada” porque al final, lo que nos crean son nuevas necesidades, constantemente. Nos hacen no estar satisfechos con nada. Lo primero que hice al decidir dejar de ser influencer fue una mudanza, llevándome todas las cosas que no me ponía y que tenía repetidas. Es también un poco el efecto Inditex. El mundo está así: más cosas, por menos dinero, por menos tiempo. Y en fin… También esto salpica al planeta. Es un círculo vicioso. Pero si lo piensas, todo viene de esa generación de necesidades.
En Japón nadie suelta el móvil…
Esas ciudades es como viajar al futuro. Londres también de alguna forma predice a 5 años vista lo que terminará pasando en España. Recuerdo la última vez que fui, que en los restaurantes no había personas, había motoristas de Deliveroo. Hacia ahí vamos si no hacemos esfuerzos por vivir sin tanta tecnología.
Los padres se quejan de que las redes sociales y la tecnología tiene la culpa del fracaso escolar de sus hijos adolescentes y también de su desincentivación por todo.
El móvil es el juguete más entretenido que hay. Prueba de ello es que los niños, con dos años, es lo primero que eligen. Por eso, hay que enseñar a los chavales, a hacer planes fuera de sus móviles. Esto es como cuando llegaba la TV y te decían, a jugar a la calle y no más tele. Los padres deberían predicar con el ejemplo.
¿Cómo te sientes una vez desconectada? Es preocupante que hay programas de desintoxicación de las tecnologías para niños de entre 6 y 18 años.
Yo lo llevo muy bien, porque ya llevo dos años y ha sido un proceso. Siento verdadera lástima por ellos, pero la culpa realmente la tiene Facebook que sabe lo que está haciendo y solamente piensa en el dinero. Gracias a Dios, por fin están en los tribunales. La adicción al móvil es el problema psicológico más fuerte al que se enfrenta el Siglo XXI.
¿Nos resumes cuáles consideras son los mayores y principales peligros de las RRSS?
-El excesivo culto a la imagen y a una vida perfecta
-La falta de concienciación: todo lo que haces, cada like, tiene consecuencias
-El enganche: el automatismo con el que se utiliza
-El ataque a la autoestima
-La necesidad de aprobación constante
¿Cómo es ahora tu vida?
Vivo muy tranquila con mis SMS y mis emails. Mi nueva ilusión es la nueva banda sonora que estoy componiendo para el futuro proyecto de película de la novela, que espero que venga pronto, porque me muero de ganas de llevar la historia de Mi nombre es Greta Godoy al mundo entero. Creo que va a hacer mucho bien a la sociedad.
Las redes sociales dan esa falsa sensación de interacción, pero luego en persona no sabemos ni cómo mantener una conversación de calidad.
El problema es que cuando quedamos, ya nos lo hemos contado todo por whatsapp. De manera que es mejor entonces, quedarse viendo una película en Netflix. Como te decía, es todo un círculo. Se rompe cuando decides, ponerte tiempos y no estar tan conectado como los demás. El cambio empieza por uno mismo.
¿Cómo ves ahora en la distancia la figura del influencer? ¿Habrá mas como tú? ¿Es una figura que desaparecerá?
No, creo que solamente va a crecer. Es la tercera profesión más demandada. Ahora los chavales no quieren ser médicos, arquitectos o abogados, quieren ser influencers. Quieren ser famosos, vivir en hoteles haciéndose fotos con todo pagado. Es lo que asocian al éxito. Por eso Mi nombre es Greta Godoy es un libro de lectura obligatoria. Tienen que saber la cara B de todo ese mundo, lo que se esconde detrás de esa vida, supuestamente tan feliz.
¿Cuáles son tus proyectos profesionales en la actualidad?
Ahora mismo tengo mi propio estudio: MINDLIKE desde donde genero campañas de marketing para marcas como EL Corte Inglés o Esteé Lauder. A la vez que sigo escribiendo mi segunda historia, que también va a estar relacionada con las mujeres y las nuevas tecnologías. Quiero que mis historias sean siempre un reflejo de la sociedad en que vivimos y espero poder hacer uso de la ficción siempre para contarlo de una forma cercana y llevadera.