La jaima de los Marni en Formentera


La publicación femenina VOGUE me sorprendía este mes con su sección “Living: en una jaima “ dedicado nada más y nada menos que a la familia Castiglioni (dueños del imperio de moda italiano Marni) y a su particular modo de cargarse de energía durante las vacaciones…y quien no!

Mis ojos no dan crédito a lo que están viendo, una tienda de campaña de puro lujo (jaima beduina según el autor del reportaje Tim Blanks) en pleno paisaje agreste de Cap de Barberia…y digo yo ¿no estaba prohibido el camping en Formentera?

Sigo leyendo -o más bien devorando-, la revista hasta que por fin confirmo que el tal montaje está realizado en un terrero comprado. Hasta aquí bien, pero ¿y si a todo el mundo le diese por comprar mini-terrenos para plantar allí sus pabellones de verano? …dada la limitación que hay en Formentera para construir casas…perdonen mi ignorancia pero creo que se necesitan unos 15.000 metros de terreno…casi nada.

Con esta nueva fórmula (que se publica a bombo y platillo en una de las revistas de moda de mayor tirada nacional) podemos evitar el pago del tan temido y aclamado Sr. Euríbor (que estos días alcanza el 5,43 %) y, por otra parte, los impuestos del Ayuntamiento de la isla…por las nubes también…en fin.

Sigo leyendo y me consuela saber que los Castiglioni también pagan sus impuestos en Formentera, ya que poseen una casa (de las de verdad) en la «isla más salvaje y sureña de Baleares” (Tim Blanks- dixit) y «un lugar inquietante» según el propio «The New York Times».

Lo mejor viene con la descripción de la tienda beduina, decorada de forma ecléctica: fabricada con piel de camello tejido, soportada por una malla de catgut (fibra elaborada con intestinos de cabra), taburetes de acero inoxidable, sillas de Afganistán, alfombras flokati blancas con cojines op art y almohadones, guijarros plateados y bolitas de cristal púrpura esparcidas por el suelo… ¿no les parece maravilloso? “El toque final de ciencia ficción lo constituyen los elementos de plexiglás decorados con fragmentos multicolor de pedrería de Marni, que tintinean con la calurosa y seca brisa» … ¡apoteósico! .

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Además de explicar como tuvieron que negociar la venta del terreno con una señora mayor llamada Maria y el traje típico que ésta le regaló a Consuelo (Castiglioni) a cambio de unas telas de Milán, el reportaje cierra mencionando el Restaurante C’an Carlos como uno de los mejores de la isla..es lo que tiene la amistad (con Franceschino Manzoli, propietario).

Conclusión: Yo también quiero una jaima de estas para ubicarla by the face donde me plazca!

La colección Marni primavera/verano 2008 dista mucho de mis gustos al vestir!!
Vogue, gracias por estas maravillosas producciones en my island

Au revoir