En la diminuta cala de Goupa, en la isla de Kimolos, emerge un conjunto de tres suites Chroma Cove Suites —dos antiguas cuevas de pescadores y un volumen contemporáneo— engarzado en la piedra como una joya natural. La luz se curva sobre paredes encaladas, recordando que aquí el diseño no irrumpe: fluye con el paisaje, se funde con él.
Armonía de proporciones
Chroma Cove está concebido siguiendo la proporción áurea. Las formas redondeadas, esculpidas por tiempo, sal y sol, dialogan en perfecta simetría con el azul intenso del mar Egeo. El minimalismo se anuncia suave, casi táctil, apostando por un lujo sutil que no busca ostentar, sino relajar.
Inmersión, no espectáculo
Estos alojamientos no pretenden impresionar a primera vista, sino seducir lentamente. Con acceso directo al mar, el desayuno se disfruta sobre rocas aún húmedas por la marea. Al caer la tarde, la cala se convierte en un escenario íntimo para proyecciones de cine y pequeñas representaciones teatrales, donde arte y naturaleza conversan sin esfuerzo.
Más allá del confort: cultura local
A pocos minutos a pie del pueblo y del puerto, los huéspedes pueden explorar los senderos recuperados por asociaciones locales, descubrir el emblemático Skiadi —una formación rocosa con forma de sombrero de hongo— o bucear entre los restos sumergidos de la ciudad antigua de Ellinika. Todo ello sin el bullicio que caracteriza a otras islas más conocidas.
Tres suites, tres formas de habitar el paisaje
Turquoise, Yellow y Aquamarine. Cada una interpreta la tradición desde un ángulo distinto: las primeras dos conservan la esencia de los antiguos sirmata, mientras la tercera reinterpreta la arquitectura cicládica con líneas limpias y ventanales al infinito.
La nueva definición de lujo
Chroma Cove Suites encarna una filosofía de viaje que apuesta por la intimidad, la sostenibilidad y el diseño consciente. Aquí no hay artificios: sólo silencio, luz y la certeza de estar en un lugar donde cada detalle ha sido pensado para conectar al viajero con el ritmo pausado de la isla.
