Hola a todos!! Por fin os puedo enseñar mi look completo de novia! Ya os hablé del vestido y ahora sigo con más detalles!
Empiezo por los zapatos. Quería unos abiertos por ser la boda a medio día y en junio y con tacón muy alto, así que opté por las sandalias Vamp de Jimmy Choo, al ser doradas y platedas le aportaban mucho brillo a mi look! Y once centímetros más! 😉
Me enamoré de una imagen que encontré en internet y estirando del hilo llegué a la diseñadora Lia Terni. Todos sus tocados los hace a mano y por encargo en su coqueto taller de Madrid. El mío era el modelo Ramita, una diadema de metal bañada en oro y bordado de alta costura cuajado en cristales Swarovski.
En cuanto a las joyas, no podían faltar las aguamarinas en este día tan especial, una piedra preciosa que significa mucho para mí…(mirad lo que escribí en el primer post de este blog hace ahora 5 años).
Tenía muchas ganas de llevar unos pendientes y tuve un auténtico flechazo con estos de Isabel Guarch, aguamarinas montadas en pequeños diamantes blancos y negros. Por otra parte, también llevaba mi anillo de pedida, que no puede ser más bonito!
Tenía muchas ganas de llevar unos pendientes y tuve un auténtico flechazo con estos de Isabel Guarch, aguamarinas montadas en pequeños diamantes blancos y negros. Por otra parte, también llevaba mi anillo de pedida, que no puede ser más bonito!
Para el ramo tenía muchísimas ideas y lo cambié mil veces…¡ayy madre fue lo más complicado! Detesto las típicas flores de novia. Me apetecía mucho que llevase lavanda y las floristerías me ponían pegas. Por fin puede conseguir lo que buscaba, una ramito silvestre que estaba compuesto de brunias, lisiantus, crisantemas, lavanda, craspedia, eucaliptus y rosas de pitiminí entre otras. Os confieso que lloré al verlo! Y además enamoró a mucha gente!
Sobre el peinado, me había decidido por algo romántico, campestre y sobretodo juvenil ya que hay peligro de ponerse 10 años más encima justo el día más inadecuado. Consiguieron plasmar mi idea con dos trenzas laterales que se unían detrás en recogido…pero a última hora cambié por trenza de espiga en cascada lateral.
El maquillaje fue a cargo de Ana Veiga, sombras de ojos nacaradas y labios rosas, no quería ir muy diferente a como me maquillo habitualmente. Ana me había hecho unas sesiones previas de Indiba para dejar la piel más luminosa y preparada para el gran día. Manicura y pedicura con esmalte en rosa, igual que el labial ¿quién ha dicho que las novias no puedan llevar color?
¡Y sin duda lo más importante de mi look fue la sonrisa y el brillo de mis ojos por casarme con el hombre de mi vida! Con la persona que me ha hecho más feliz, con la persona que hace que me sienta especial, porque una mirada suya es un bálsamo para mi alma y su sonrisa una alegría para mis días!
¡Me quedan muchas cosas que contaros, pero ya será en otro capítulo! Fotos de Philippe Degroote.
